Justa y Rufina, las Santas Alfareras

El 19 de julio es la festividad de las Santas Alfareras, Santa Justa y Santa Rufina. Las dos hermanas sevillanas nacieron en el año 268 y 270 d.C. Pertenecían a una familia humilde de alfareros y sus padres les trasmitieron una profunda fe cristina en un tiempo en el que seguir la doctrina de Jesús era bastante peligroso.
La persecución a los cristianos
Las jóvenes nacieron cuando gobernaba el emperador Aureliano que decretó una de las persecuciones más importante contra los cristianos.
Una tarde del verano del 287, los ciudadanos hispalenses solían festejar a los dioses procesionándolos mientras pedían ofrendas a los comerciantes de la zona. Cuando llegaron al puesto de Justa y Rufina, no dudaron en negarse a dar limosna. Su negativa provocó un altercado público que terminó con la figura de la diosa Venus hecha añicos.
El prefecto romano de Sevilla, Diogeniano, ordenó detenerlas y castigarlas en el potro si no renunciaban a la fe cristina. Las hermanas se mantuvieron firme en sus convicciones y fueron condenadas a caminar descalzas hasta Sierra Morena para después, encarcelarlas de por vida. Justa fue la primera en flaquear, muriendo de hambre en el monte. Su cuerpo fue arrojado a un pozo. El obispo Sabino mandó recuperarlo poco tiempo después.
El prefecto romano creyó que ver morir a su hermana convencería a Rufina para renegar de su fe, pero ésta estaba dispuesta a seguir los pasos de su hermana. Diogeniano humillado e indignado mandó llevar a Rufina un anfiteatro para que fuese devorada por un león. Sin embargo, la bestia se plantó ante ella y quedó manso a sus pies, para finalmente ser decapitada.
Apenas dos décadas después de su muerte, el Edicto de Milán permitiría la libertad religiosa en todo el Imperio.
Justa y Rufina en el arte
Muchos han sido los pintores y escultores como Goya, Velázquez o Murillo que han inmortalizado la figura de estas Santas junto a hojas de palma y La Giralda, ya que según cuenta la tradición, gracias a la intersección de las santas se evitó su destrucción en el terremoto de Sevilla de 1504.
En Talavera contamos con varias representaciones de Santa Justa y Santa Rufina. Las más antigua es una placa anónima de 1743, donde el autor utilizó diferentes aguadas de cobalto sobrecubierta. Aparece una torre que difícilmente se puede describir como La Giralda.
La segunda placa pertenece a la primera época de la Fábrica de Nuestra Señora del Prado de Ruíz de Luna. Es una obra policromada con colores vivos como el rojo, el azul o el amarillo.
La representación más llamativa es la ubicada en la Capilla de San Francisco de La Colegial, decorada en 1942 por el taller de Ruiz de Luna. En esta ocasión, encontramos representada la Colegial en lugar de la torre sevillana. Justa lleva en sus manos un jarrón de la «serie alcoreña» que se dio en los talleres talaveranos a partir del siglo XVIII y que podéis encontrar en el Museo de Cerámica Ruíz de Luna. Rufina por su parte, aparece con un león lamiéndole los pies y la imagen de la diosa Venus hecha añicos. El estarcido de esta obra podéis encontrarla en la colección de Artesanía Talaverana.
También existe una imagen mucho más actual en la entrada de la ciudad. Una representación creada por Centro Cerámico donde podemos apreciar a dos jóvenes que portan un jarrón de la «serie alcoreña adormidera» y una torre. Una concepción de la tradición mucho más moderna, sin perder el guiño a las series tradicionales: como las golondrinas, tricolor, alcoreña puente o vermiculada. Se añade la imagen de la Basílica del Prado y una cinta que reza “Estas son Justa y Rufina”.

