Basílica del Prado

La Capilla Sixtina de la Cerámica.

Nuestra visita a la Basílica del Prado es una parada obligatoria si vienes a la ciudad de la cerámica.

Historia y Orígenes.

Está ubicada en el lugar de recreo por excelencia, los Jardines del Prado. Anteriormente conocido como el Parque de Alfonso XIII. El lugar en sí es un auténtico placer para los sentidos, lleno de color y de cerámica, pero eso lo dejamos para otro día. Vamos a quedarnos con la iglesia de todos los talaveranos, la Basílica de Nuestra Señora del Prado. Esta iglesia es de propiedad municipal y por lo tanto, la iglesia del pueblo.

Originariamente, en la antigua Talavera Romana, llamada Caesarobriga, se rendía culto a Ceres, diosa de la agricultura. También a Pales, diosa del pastoreo, dando lugar a un posible templo dedicado a ambas deidades.

Teniendo en cuenta estos inicios, Ceres en el periodo romano  y la Virgen del Prado en época cristiana son el origen de una de las fiestas más antiguas de España.  Sin duda, la festividad más importante en Talavera de la Reina, Las Mondas. Durante la dominación musulmana nunca se prohibió el culto a nuestra Virgen.

La arquitectura de la Basílica.

El edificio es de dos fábricas diferentes, s.XVI renacentista y s.XVII barroco.

Nada más llegar a su pórtico nos encontramos con cerámica del s.XVI. 16 000 azulejos se depositaron aquí a finales del s.XIX procedentes del antiguo hospital y luego Ermita de San Antón. Diferentes paneles que nos hablan del bautizo de Jesús, un coro de vírgenes y un ejército de soldados.  Las tentaciones de Cristo, San Antón o Adán y Eva son algunas de las temáticas representadas en estas paredes y que sorprenden por su belleza y detalle.

Arte.

Una vez dentro de la “reina de las ermitas”, como la llamo Felipe II, seguimos maravillados, ya que todo en su interior es cerámica. La entrada con San Cristóbal y su leyenda e imágenes de la vida de San Antón.

En el lateral izquierdo, encontramos relatados episodios de la vida de la Virgen con 18 paneles apaisados. En su lado contrario, el lado del evangelio, apreciamos figuras de santos y profetas  correspondientes a la genealogía de Jesús según San Mateo.

Antes de pasar la verja encontramos dos pulpitos poligonales en cerámica:  uno del s.XVI y el otro una réplica exacta de Ruíz de Luna de mediados del s.XX.

Retablos.

Ya en la capilla mayor, en su lado izquierdo nos sorprende un retablo de San Antón. Aquí la alfarería talaverana se engrandece. Es un retablo con gran variedad cromática en el que se aprecian hasta tres estilos diferentes.

Durante todo este tiempo la Basílica del Prado ha acogido tres retablos. El primero fue encargado al Greco y  a su hijo Jorge Manuel Theotocópuli. Después de varios enfrentamientos con los artistas de la ciudad, que dijeron que ellos lo podían hacer más barato, fue definitivamente Toribio González quien llevo a cabo la obra. Hacia el 1688, se acaba el camarín y fue necesario redistribuir el espacio de nuevo, esta vez con una obra de Mateo de Vallaroz. Y por último el retablo que apreciamos actualmente, de estilo neoclásico y que fue donado por D. Pedro Delgado y Acereda y Doña Joaquina Santander en 1855.

Y hay mucho más sobre esta Basílica, ermita o Capilla Sixtina de la cerámica que es un orgullo para todos los talaveranos y un reclamo para los turistas que nos visitan.